Primero apreciada por los romanos, más tarde por la nobleza veneciana y los Habsburgo: la región de Colli Euganei, cerca de Venecia, ofrece interesantes vinos, paisajes vírgenes, balnearios y villas históricas. Un destino perfecto para una escapada a Italia.
Muy poca gente conoce la pequeña y montañosa región vinícola de Colli Euganei, en la provincia septentrional italiana de Padua. Incluso yo, que viajo mucho por Italia, no había estado allí hasta hace poco. Y resultó ser un gran descuido. Porque el interior de Venecia, caracterizado por conos volcánicos boscosos, me inspiró con sus vinos, su naturaleza virgen y sus excelentes restaurantes. Sin olvidar las aguas termales.
Las termas de Colli Euganei son el lugar perfecto para relajarse.
Raffaella UsaiA mi llegada al elegante pero algo anticuado hotel de Montegrotto Terme, me doy cuenta de repente de que, aunque los Colli Euganei son menos famosos por sus vinos, lo son mucho más por sus poderes curativos terapéuticos. Los beneficios especiales de las aguas termales ya eran apreciados por los antiguos romanos, que llamaban a sus instalaciones "acquae patavinae" (aguas paduanas). Sus antiguos vestigios aún pueden verse hoy en día.
Con 130 instalaciones termales y unos 220 baños termales, así como más de 13.000 plazas hoteleras, la región es uno de los centros balnearios más importantes de Europa y atrae cada año a miles de turistas de salud nacionales y extranjeros. Así que cualquiera que esté interesado en los baños de fango y la terapia de inhalación, así como en el vino, se sentirá como en casa en uno de los innumerables hoteles balneario.
Sin embargo, no estoy aquí por el agua, sino entusiasmado por los primeros vinos que se van a catar. El corazón de la denominación son los vinos tintos base elaborados con variedades de uva internacionales, que se comercializan como Colli Euganei DOC Rosso. Para muchos viticultores, son el buque insignia y ofrecen una excelente relación calidad-precio. Con la excepción de los vinos de la bodega Vignalta, probablemente la más conocida, la mayoría de las botellas se pueden adquirir por menos de 20 euros.
Sin embargo, las variedades de uva bordelesas clásicas no sólo se cultivan aquí desde hace unas décadas, como en Bolgheri, por ejemplo. Los condes Corinaldi empezaron a plantar Merlot y Cabernet Sauvignon en sus tierras de Monselice ya en 1870, lo que los convierte en unos de los primeros de Italia. Los productores están especialmente orgullosos de esta historia impregnada de tradición. En la actualidad, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Carmenère y Raboso crecen en unas 2.500 hectáreas de la zona de cultivo, estas dos últimas mezcladas en proporciones menores en las mezclas tintas.
Además de los tintos, existe el Fior d'Arancio Colli Euganei DOCG, elaborado con Moscato Giallo (moscatel dorado). Puede elaborarse en tres versiones diferentes: como vino espumoso dulce, como passito concentrado y como vino seco.
Bodegas como Monteversa y Maeli producen unos pet nats de Moscato Giallo extremadamente buenos y únicos. Son frescos y aromáticos, tienen muy buena adherencia y una gran acidez. Para mí, estos "rifermentato in bottiglia" son la variedad más expresiva de esta uva. Estos vinos se embotellan como Veneto IGT.
El Fior d'Arancio Colli Euganei DOCG se elabora a partir de Moscato Giallo en tres versiones.
Consorcio Vini Colli EuganeiOtra especialidad de Colli Euganei es el Serprino DOC fermentado en depósito. Se elabora con la variedad de uva Glera, que también se utiliza para el Prosecco. Al igual que su homólogo más famoso, el Serprino, ligero y espumoso, se bebe como aperitivo, pero sus ventas son muy limitadas a nivel local. Por eso, algunos viticultores quieren que se reconozca al Serprino como subzona de la DOC Prosecco, que actualmente es objeto de un controvertido debate en la denominación.
Me impresionó especialmente el Serprino de la bodega Ca' della Vigna, una joven empresa dirigida por la pareja de arquitectos Wim Brouwer y Catia Bolzonella.
El geólogo Francesco Loreggian explica la historia de los Colli Euganei en el museo "Muvi".
Raffaella UsaiLos Colli Euganei se formaron hace entre 35 y 43 millones de años. En aquella época, una serie de erupciones volcánicas creó el centenar de colinas de inconfundible perfil cónico. Alcanzan los 600 metros de altura y se divisan a lo largo del valle del Po. Los suelos están formados por rocas volcánicas duras, como basalto, riolita, traquita y latita. La traquita y la piedra caliza se extrajeron en innumerables canteras durante muchos siglos, que se utilizaron para construir magníficas plazas y palacios en la cercana Venecia. La extracción de traquita se interrumpió hace unos años, al igual que la de mármol calcáreo pulible para fines decorativos.
El museo "Muvi" ofrece una impresionante visión de la formación de los conos volcánicos. La visita merece especialmente la pena para quien desee profundizar en la geología y la historia de la región.
Desde las amplias terrazas del Castello del Catajo, se disfruta de una maravillosa vista del paisaje montañoso circundante.
Raffaella UsaiIncluso los Habsburgo celebraban fastuosas fiestas en los Colli Euganei, como demuestra de forma impresionante el Castello del Catajo en Battaglia Terme. Construido en 1570, el castillo está considerado una de las villas más bellas del Véneto y fue utilizado primero como residencia de verano por la noble familia Este y más tarde por el Emperador de Austria.
Un paseo por las magníficas salas con frescos y el hermoso parque con sus árboles centenarios y estatuas es una visita obligada para cualquiera que visite la región. Desde aquí también se puede ver el Canale Battaglia, construido en el siglo XII y que forma parte de un extenso sistema de canales que aún hoy conecta Venecia con Padua.
Desde 1870, el pueblo de Arquà Petrarca lleva el apellido del famoso poeta toscano Francesco Petrarca.
Raffaella UsaiEl "Parco Regionale dei Colli Euganei", de 20.000 hectáreas, es un paraíso para senderistas y ciclistas. "Nuestra biodiversidad es impresionante. Más de 1.600 especies vegetales son autóctonas. Bosques de castaños y olivares se encuentran con la típica flora alpina, es una mezcla muy especial que rara vez se encuentra en Italia", me explica el geólogo Francesco Loreggian durante una excursión por los viñedos.
También son insólitos los innumerables azufaifos que se ven en cada esquina, sobre todo en el pueblo medieval de Arquà Petrarca. Sus frutos rojos, dulces e intensos, también se conocen como dátiles chinos o bayas de pecho y aquí se transforman en un licor llamado "Brodo di Giuggiole". Si visita Arquà Petrarca, ¡no podrá evitar un vaso de "sopa de moras"!