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Château La Tour Carnet, en Burdeos, expone artificialmente un viñedo a temperaturas más altas para simular las condiciones de la cosecha de 2050. Para ello, se utilizan cables de calor que normalmente se usan en los aviones para calentar las vides. La mayor temperatura del flujo de zumo acelera el crecimiento de las cepas. Así, según los cálculos, la cosecha comenzará entre 15 días y tres semanas antes que hoy, lo que corresponde a los modelos de mediados de siglo.
Ya en 2013, se plantó un viñedo experimental en La Tour Carnet con 84 variedades de uva diferentes, que se vinifican por separado. Julien Lecourt, científico de plantas y jefe del departamento de investigación y desarrollo de la Maison Bernard Magrez, dijo que hasta ahora ha identificado 21 variedades que podrían ser interesantes. Entre ellos están el Cabernet Sauvignon, el Cabernet Franc y el Merlot, así como el Carménère, el Tempranillo y la Touriga Nacional.
Aquí, Lecourt evalúa la tolerancia a las enfermedades, el rendimiento, la aromaticidad, así como el perfil ácido y la acumulación de azúcares de las variedades. "Tenemos la ambición de hacer un vino de estilo Grand Cru de cada una de las variedades que extraemos. Con algunos es imposible porque nunca madurarán. Pero los que no son adecuados ahora, podríamos utilizarlos dentro de 20 o 50 años porque las condiciones cambian drásticamente". El propietario Bernard Magrez, dueño de Château Pape Clément entre otros, también está financiando un puesto de doctorado en la Universidad de Burdeos para estudiar cómo se adaptan los viñedos al cambio climático.
(al / Fuente: decanter; Foto: Maison Magrez/La Tour Carnet)
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