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Las noches de heladas de los últimos días han dañado las vides de Alemania, Austria, Italia y Francia, algunas de ellas de forma grave. Mientras que en algunas regiones se prevén pérdidas de cosecha superiores al 90%, la mayoría de los viticultores aún se reservan las estimaciones sobre las pérdidas de rendimiento. Además, aún no se ha evitado el peligro de las heladas en el suelo.
En Alemania, los viñedos de todas las zonas de cultivo alemanas están afectados, dijo Ernst Büscher, del Instituto Alemán del Vino, a la agencia de noticias dpa, "desde ningún daño hasta una pérdida de rendimiento del 100%, todo está ahí". Debido a los cálidos meses de febrero y marzo, las vides han brotado muy pronto en toda Europa, lo que ha provocado en parte graves daños por las heladas. El hecho de que las vides afectadas puedan regenerarse, y el grado de éxito, depende de muchos factores y no puede predecirse con seriedad por el momento.
En Francia, se registran graves daños sobre todo en la región de Champagne, en algunas regiones del Loira y en Borgoña, así como en algunas regiones de cultivo de la región de Bordelais. Emilion, Lalande de Pomerol, Bergerac y los viñedos de Blaye.
También Austria se ve afectada de nuevo por el frío tardío tras el año de heladas de 2016: Temperaturas de hasta -6 grados causaron graves daños en los viñedos de Estiria, el sur de Burgenland y, en parte, en la Baja Austria en la madrugada del 21 de abril de 2017.
Los viticultores del norte de Italia se vieron especialmente perjudicados: ya a mediados de abril, un frente de tormenta con fuertes lluvias y granizo provocó graves daños en partes de Piemont y Barbaresco, por ejemplo en las regiones de Neive y Langhe. La aparición de heladas hace unos días hizo que las regiones de Barolo, Barbaresco, Alba, Langhe y Dogliani sufrieran por segunda vez daños muy importantes. Según una encuesta realizada por el consorcio local de viticultores, una media del 20% de las viñas estaría afectada. Algunos viticultores llegaron a comunicar a "Wine Spectator" daños de entre el 50% y el 95%.
(uka / Foto: Instituto Alemán del Vino)