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Los primeros tapones de rosca para botellas de vino se introdujeron hace 60 años. En 1964, la empresa Amcor Capsules presentó sus tapones Stelvin, desarrollados especialmente para los viticultores suizos. Como la variedad de uva Chasselas, muy extendida en Suiza, era especialmente susceptible a los defectos del corcho, Amcor, que tiene su sede en Zúrich, centró su atención en el problema. El mayor reto para los desarrolladores era preservar el vino con sus sabores, frescura y calidad de la mejor manera posible.
El tapón de rosca de aluminio para botellas de vino se consideró revolucionario en su momento y siguió siendo la excepción en sector del vino hasta principios de la década de 2000. No se impuso hasta 2001, cuando los productores neozelandeses lo utilizaron a gran escala. En la actualidad, en Nueva Zelanda y Australia, nueve de cada diez vinos se fermentan a rosca. En la actualidad, esta tecnología se utiliza en bodegas de 40 países productores de vino.
(al / Fuente: drinksbusiness)