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Según un estudio publicado en el sitio web de investigación oeno-one , las vides pueden sobrevivir a periodos de calor y sequía sin sufrir daños utilizando una vigésima parte de la cantidad de agua del riego convencional. En el estudio, organizado por la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza (Argentina), las vides se trataron con un pulverizador pulsátil sobre el follaje. Para ello sólo se necesitaron 0,53 litros por cepa y día, mientras que con los métodos de riego convencionales las necesidades se estiman en 10,6 litros por cepa y día. El tratamiento con agua por microaspersión pulsante se aplicó a la altura de la cabina del tractor exclusivamente durante las olas de calor. Las olas de calor se definieron como días con temperaturas mínimas de 21 grados centígrados y máximas de 35 grados centígrados.

Se trataron viñas de las variedades Malbec, Bonarda y Syrah. Durante el periodo de crecimiento, caracterizado por dos olas de calor, los investigadores midieron, entre otras cosas, la temperatura de las hojas y las bayas, el potencial hídrico, la conductancia estomática, la fluorescencia, el peso de las bayas, el contenido de sólidos solubles y el valor del pH. En la cosecha, también se registraron el perfil antociánico, el índice total de polifenoles, la producción de frutos, el número de racimos y su peso medio.

Las vides regadas con leguminosas mostraron valores significativamente mejores que las del grupo de comparación no regado. El peso de las uvas fue significativamente superior y la concentración de antocianinas fue la misma en ambos grupos. El contenido de polifenoles y los valores de pH tampoco se vieron afectados. El riesgo potencial de enfermedades fúngicas no aumentó.

Según los investigadores, los resultados indican que las vides tratadas de esta forma estuvieron expuestas a menos estrés fisiológico y lograron una mayor producción de uva. La pulverización breve de las hojas podría ayudar a las vides a adaptarse a las fluctuaciones extremas de temperatura y a las propias temperaturas extremas. De este modo, los viticultores de regiones cálidas y secas podrían mitigar considerablemente los efectos de las olas de calor con un bajo consumo de agua.

(al / Fuente: oeno-one)

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