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Los bomberos del departamento de Pirineos Orientales, en el sur de Francia, con su gran región vinícola de Languedoc-Rosellón, están llenando de agua los depósitos no utilizados de bodegas y cavas para acumular agua contra incendios. El motivo es la excepcional sequía actual, que ha incrementado enormemente el riesgo de incendios.
Los viticultores ya han puesto a disposición 17 depósitos de acero. Ahora están llenos de agua usada, que los bomberos bombean de las piscinas, por ejemplo, y transportan a las cooperativas y bodegas en camiones cisterna. "También recogemos agua de las piscinas de los campings. Nos sirve de reserva estratégica durante la temporada de incendios forestales. Así evitamos utilizar el agua potable de los hidrantes, que sirve a la población", explica Olivier Cyprien, del Service départemental incendie secours (SDIS).
La cooperativa de Rivesaltes ha puesto a disposición del proyecto un depósito de plástico de 380.000 litros de capacidad, que actualmente no se utiliza. "Los bomberos se pusieron en contacto con nosotros en el marco del plan de prevención para prever la necesidad de agua", explica el director de la bodega, Jean-Pierre Papy. "Si podemos ayudar a luchar contra el fuego, los viticultores y los miembros del consejo están muy a favor".
El departamento de Pirineos Orientales, en la frontera española, es el más afectado por la sequía de Francia. No se había registrado una situación comparable desde 1959, año en que se empezaron a recopilar estadísticas para cada departamento, según datos del servicio meteorológico francés Météo-France.
(uka / Fuente: AFP, Revue du Vin de France - Foto: Raffaella Usai)