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Una nueva investigación realizada por fabricantes de tapones de vino demuestra que los vinos se benefician de tapones diferentes en función de su estructura fenólica. La empresa portuguesa de tapones MA Silva ha analizado 1.000 compuestos químicos de los vinos para averiguar cómo se comportan los distintos vinos bajo la influencia de diferentes tapones durante su almacenamiento. Anteriormente, el límite máximo era de 150 compuestos analizados. La investigación en curso sugiere que no todos los vinos finos se beneficiarían de los tapones de corcho natural, incluso con un envejecimiento más prolongado, y no todos los vinos de gama básica se comportan mejor con tapones de rosca. En el caso de los vinos con una composición química determinada, los corchos aglomerados también podrían producir los mejores resultados.
Cada vino tiene una expresión individual debido a su composición química, similar a una huella dactilar. Por tanto, el tapón óptimo también puede variar de una añada a otra, en función del clima, la composición de las variedades de uva de los vinos base o los ajustes realizados durante la vinificación.
El objetivo de Nuno Silva, responsable de marketing de MA Silva, es "adaptar el tipo de tapón al perfil del vino, con una recomendación lo más cercana posible a la intención del enólogo". Catherine Fontinha, responsable de marketing de Amcor, la empresa de envasado que produce los tapones de rosca Stelvin, afirma: "La decisión ahora es sobre qué cierre es más beneficioso para el vino, que enfatice las características organolépticas del producto y cómo preservar mejor los aromas para esa expresión en particular". Hay que cuestionar la idea de la superioridad o inferioridad de un tipo de cierre. Hay que centrarse en qué cierre se adapta mejor a un determinado estilo de vino y a su composición química.
(al / Fuente: drinksbusiness.com)