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La crisis de ventas de los vinos tintos obliga a cada vez más viticultores a diversificar. En el departamento de Var, en el sureste de Francia, los dos viticultores Hugues Chaboud y Thomas Paul cultivan pistachos en lugar de vino con su vivero "Pépistach" desde 2017.
"La idea de depender de un solo cultivo agrícola en caso de caída del mercado o de problemas de producción nos preocupaba", explica Hugues Chaboud. Desde la fundación de Pépistach, Chaboud y Paul y sus socios, muchos de los cuales son viticultores, han plantado hasta 80 hectáreas de pistachos cada año. Con una facturación de unos 12.000 euros por hectárea, la plantación se amortiza al cabo de tres años. La región de Occitanie financia una parte de los costes de plantación.
Pépistach deja el mercado masivo de los pistachos snack, que se comercializan a entre cuatro y seis euros el kilogramo, a los grandes países productores como California, España e Irán. En su lugar, se concentra en el nicho de mercado de los pistachos verdes sin cáscara, que se producen principalmente en Irán y nada en Estados Unidos. Los clientes de estos frutos de alta calidad son chocolateros, confiteros y heladeros. Los pistachos verdes sin cáscara alcanzan un precio de entre 22 y 28 euros por kilo. Sólo en Francia se consumen unas 1.500 toneladas al año, y 500 toneladas en el resto de Europa.
Los pistachos de cáscara verde, que requieren un tratamiento especial, están sometidos a requisitos especialmente estrictos. Chaboud y Paul quieren abrir el primer taller de producción adecuado en Francia en 2025 para poder controlar toda la cadena de valor. En cuanto este taller esté en funcionamiento, Pépistach quiere ofrecer a los productores acuerdos de compra a largo plazo y hacerse cargo de la comercialización.
(al / Fuente: vitisphere)