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En Champagne, la densidad de plantación prescrita de 8.000 vides por hectárea se reducirá a 6.000. Esto ha sido aprobado por el Institut National de l'Origine et de la Qualité (INAO). La distancia entre hileras de vides se aumentará a 2,2 metros, con lo que se reducirán el tiempo y los costes del cuidado de los viñedos. Sus defensores calculan que esto reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% y describen la iniciativa de las "Vignes semi-larges" (VSL - vides de media anchura) como respetuosa con el medio ambiente.
Muchos viticultores consideran que la reducción de costes es la principal razón para la VSL. Dicen que conduce a la aprobación de la vendimia a máquina y posiblemente a una menor concentración en el vino terminado. El colectivo "No-VSL", del que forman parte los viticultores Aurélien Laherte, Aurélien Suenen, Raphaël Bérêche, Fabrice Pouillon y Mélanie y Benoît Tarlant, teme un mayor uso de los tractores y, por tanto, una mayor compactación del suelo. Esto tendría un impacto negativo en la biodiversidad, la vida del suelo y el equilibrio de carbono de los viñedos. Además, según No-VSL, mantener el rendimiento por hectárea en los niveles actuales y reducir la densidad haría que cada vid trabajara más. Se animaría a los cultivadores a elegir clones más productivos y una protección más agresiva de los cultivos. Esto, a su vez, tendría un impacto negativo en la calidad. La menor densidad de plantación sólo beneficiaría a los grandes negociantes.
El jefe de bodega de la Maison Louis Roederer, Jean-Baptiste Lecaillon, comentó que Roederer llevaba 20 años probando el VSL. "Puede ser una solución interesante que funciona bien para determinadas situaciones. La mayoría de nuestros viñedos se encuentran en grand crus, o en suelos pobres de piedra caliza donde la mineralización es lenta y los rendimientos son moderados. También se plantan con clones propios que producen rendimientos moderados, y practicamos en gran medida la viticultura ecológica certificada y regenerativa. Por estas razones, ahora creemos que el VSL no es adecuado para nuestra zona y nuestros objetivos de producción y maduración." Por el contrario, Roederer ha aumentado su densidad de plantación a una media de 10.000 vides por hectárea desde 2015.
La decisión a favor o en contra de una menor densidad de plantación corresponde a cada productor y sólo se plantea cuando se replantan los viñedos.
(al / Fuente: decanter.com; Foto: Comité Champagne Philippe Maille)
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