Científicos estadounidenses de la Universidad de Davis (California) han identificado el desencadenante de los llamados "dolores de cabeza del vino tinto" que algunas personas experimentan después de beber. Según el estudio, el flavonol quercetina, presente de forma natural en verduras y frutas, se convierte en glucurónido de quercetina en el torrente sanguíneo, lo que a su vez bloquea el metabolismo del alcohol. Como resultado, algunas personas acumulan la toxina acetaldehído en la sangre. Ésta actúa como irritante y puede desencadenar procesos inflamatorios, que pueden provocar enrojecimiento facial, dolores de cabeza y náuseas. Las uvas rojas producen quercetina, que suele ser beneficiosa para la salud, como reacción a la luz solar. Normalmente, el acetaldehído debería descomponerse mediante una enzima. Según los autores del estudio, ésta no funciona muy bien en alrededor del 40% de la población de Asia oriental. Las personas que sufren migrañas u otro trastorno de cefalea también padecerían dolores de cabeza incluso después de tomar pequeñas cantidades de quercetina.
Los científicos quieren ahora comparar vinos tintos con alto y bajo contenido en quercetina para comprobar su teoría. Para ello están llevando a cabo un estudio clínico.
(al / Fuente: drinksbusiness)