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El viticultor Jean-Michel Deiss, del Domaine Marcel Deiss de Alsacia, está plantando Syrah, Garnacha, Terret, Counoise y Cinsault esta primavera. "El clima alsaciano está cambiando y se acerca cada vez más al de Châteauneuf-du-Pape. Sigo evolucionando al tiempo que conservo mi identidad", afirma Deiss para explicar este paso insólito. La Pinot Noir ya está alcanzando allí sus límites. Las variedades de uva elegidas se adaptan al microclima cálido del emplazamiento de Schloessleberg, cerca de Rouffach (no confundir con el emplazamiento de Grand Cru Schlossberg), que alberga vegetación mediterránea con sus suelos calcáreos.
Deiss, que trabaja de forma biodinámica, plantará Syrah y Garnacha en una hectárea, no monovarietal, sino mezcladas con Pinot Gris y Pinot Noir. En esta antigua práctica conocida como "complantation", se vendimian al mismo tiempo distintas variedades de uva y se vinifican juntas. En Austria y Alemania, estos vinos se conocen como "Gemischter Satz ". Con ello se pretende destacar el terruño por encima de las variedades de uva. Al mismo tiempo, la diversidad refuerza la inmunidad de las vides y las protege contra fenómenos climáticos extremos, como las heladas, ya que las épocas de floración son diferentes, explica Deiss. También está pensando en plantar Mourvèdre.
(al / Fuente: La Revue du Vin de France)