Lamberto Frescobaldi, presidente de la asociación de empresarios vitivinícolas Unione Italiana Vini (UIV), se ha pronunciado en contra de la deforestación de las superficies vitícolas en Italia durante la cumbre agrícola del G7 en Sicilia. Según la UIV, esta no es la estrategia correcta para equilibrar la oferta y la demanda.
Frescobaldi recordó que Italia ya había gastado casi 300 millones de euros entre 2009 y 2011 para deforestar 31,000 hectáreas de viñedos. En ese momento, se habían deforestado áreas de alta calidad, que se encontraban principalmente en zonas montañosas. Sin embargo, esto no había reducido la cantidad de producción, ya que esos viñedos ya producían menos rendimiento.
La UIV, en cambio, propone reducir drásticamente los rendimientos en años de alta producción y aumentar el uso de reservas de cosecha. Este instrumento ha sido utilizado muy poco hasta ahora, pero podría compensar la demanda en años de menor producción. El objetivo es una producción de vino estable entre 40 y 43 millones de hectolitros por año. Por otro lado, se debe seguir promoviendo la venta en el extranjero.
El ministro de Agricultura italiano, Francesco Lollobrigida, considera que la deforestación es sensata bajo ciertas condiciones. Sin embargo, los agricultores tendrían que cambiar a otros cultivos. Riccardo Cotarella, presidente de la asociación de enólogos Assoenologi, tampoco descarta completamente la deforestación: “La plantación indiscriminada de vides es incorrecta, pero en ciertas áreas de cultivo debería discutirse”. Sin embargo, el verdadero problema, según Cotarella, son los rendimientos excesivos de hasta 40,000 kilos por hectárea, especialmente en las llanuras. Estas cantidades perjudican la calidad, reducen los precios y perjudican la viticultura en las colinas.
(ru / Winenews)