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Las vides estimuladas con rayos UV sufren menos la sequía que las que no lo son. Así lo han descubierto investigadores de la empresa francesa UV Boosting, que fabrica sistemas UV. Según la empresa, la irradiación de las vides con rayos UV-C activa temporalmente la producción de ácido salicílico. Las plantas también lo producen de forma natural. También mejora su crecimiento y rendimiento cuando se enfrentan a diversos tipos de estrés. "Las hace más resistentes a los agentes patógenos, a las temperaturas extremas, a la salinidad del suelo y al estrés hídrico", explica François Sement, responsable de investigación y desarrollo biológico de UV Boosting.
Observadores independientes han reconocido la eficacia de esta tecnología contra el mildiú velloso y el oídio, las heladas y la sequía. El año pasado, por ejemplo, se examinaron viñedos de Chardonnay, Jacquère, Merlot y Garnacha en Suiza y Francia, todos ellos afectados por olas de calor y falta de lluvias.
"En parcelas de 0,5 a una hectárea, midieron diferencias de rendimiento de entre el 9% y el 42% entre las hileras de vides estimuladas o no por los rayos UV", explica François Sement. Los análisis realizados por la Cámara Agraria de Gironda durante la vendimia confirmaron un menor estrés hídrico en las hileras por las que habían pasado los tractores equipados con paneles de estimulación UV.
Los resultados positivos se confirmaron en otro ensayo: La bodega alsaciana Dopff au Moulin utilizó la tecnología en 2023 en cuatro parcelas conocidas por su sensibilidad variable al estrés hídrico. En otros ensayos realizados en la región vinícola española de Penèdes, la tecnología mostró sus límites: "Entre enero y agosto de 2023, sólo cayeron 170 mm de lluvia en Cataluña. En estas condiciones desérticas, la estimulación UV no tuvo ningún efecto sobre el rendimiento. Pesamos menos de 500 gramos de uva por cepa, independientemente del método utilizado", concluye Sement.
(ru / Vitisphere)