Las variedades de uva que hoy son famosas en todo el mundo, como la Sauvignon Blanc, la Chardonnay, la Merlot y la Cabernet Sauvignon, no se domesticaron en Europa, sino en el sur del Cáucaso. Así lo demuestra un estudio genético de la Universidad de Udine y el Istituto di Genomica Applicata en Italia. En el proyecto de investigación se analizaron las uvas de Europa y del Cáucaso Meridional -los actuales Azerbaiyán, Armenia y Georgia-.
Los científicos descubrieron que los ancestros de las variedades de uva europeas ya se cultivaban para el consumo en el Cáucaso hace 4.000 años y que poco a poco se abrieron camino hacia el oeste a través del Mediterráneo, donde se cruzaron con las variedades europeas. Los investigadores sospechan que estos cruces ayudaron a las uvas a sobrevivir a los inviernos más fríos de Europa. Esto dio lugar a las variedades que conocemos hoy en día, que posteriormente fueron criadas para obtener frutos más grandes y sabrosos. También encontraron una enzima en las uvas silvestres que estimula la producción de hormonas de crecimiento y hace que las semillas sean más grandes. Como esto no existe en las variedades autóctonas, son más adecuadas para el consumo y la elaboración de vinos con sus semillas más pequeñas.
(al / Fuente: Phys.org; Foto: pixabay)
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