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En Borgoña y Champagne, las uvas de la llamada segunda cosecha, de hasta 150 gramos, están madurando actualmente. Normalmente, estas uvas pálidas, que se forman después de la cosecha principal, no maduran y permanecen en la vid. El consultor vitícola Olivier Zebic informa ahora desde Borgoña sobre los cerezos en flor y las "enormes uvas con un grado alcohólico potencial del 13%". Si fuera legal, mis clientes podrían cosechar 20 hl/ha más de Pinot Noir y Chardonnay en muchos viñedos". En Gevrey-Chambertin, dice, los turistas le preguntan cuándo tendrá lugar la vendimia.
Zebic afirma estar sorprendido por el buen sabor, el extracto y el color de las uvas. Aparte de la botritis ocasional, son saludables. Atribuye este desarrollo excepcional al clima suave del otoño y prevé problemas para la próxima cosecha: "Lo que estas uvas gastan en energía no va a parar a las reservas de las viñas. Es probable que esto dificulte la próxima brotación y afecte al vigor". Los viticultores se vieron sorprendidos por el suceso y no pudieron reaccionar retirando las uvas, dijo. "Ahora es demasiado tarde, se ha alcanzado la meseta de carga de azúcar en las bayas. Es una pena que no podamos hacer nada con ellos".
(al / fuente: vitisphere; foto: Olivier Zebic)
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