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En la región de Occitanie, en el sur de Francia, cada vez se abandonan más viñedos y se dejan a su suerte. La región, creada en 2016 a partir de la fusión de Languedoc-Rosellón y Midi-Pyrénées, comprende más de 300.000 hectáreas de viñedos. En una rueda de prensa celebrada la semana pasada, la Asociación para el Uso de la Tierra y el Establecimiento Rural en Occitania (Safer Occitanie) habló de 91.000 hectáreas que actualmente están desatendidas. La falta de cultivo también está provocando grandes problemas con las enfermedades fúngicas, que ahora se extienden sin control.
Ahora hay que debatir el futuro de estas zonas. Safer Occitanie advierte contra el desmonte demasiado rápido y pide prudencia a la hora de instalar sistemas fotovoltaicos. En cambio, los responsables son partidarios de mejorar la renta agraria para evitar que se talen los viñedos. Para muchos viticultores, la viticultura simplemente ya no cubre sus costes.
La situación en el mercado del vino es complicada y se enfrentan a una considerable pérdida de valor. Las inversiones apenas son posibles. Las grandes bodegas también intentan defender su cuota de mercado. Por ello, el presidente de Safer Occitanie, Dominique Granier, aboga por un nuevo concepto de agricultura que favorezca el relevo generacional. En el futuro, "sólo se apoyará a los agricultores sostenibles que trabajen económica, ecológica y socialmente... Y esto requiere recursos", afirma Granier.
(ru / Vitisphere)