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¿Por qué hay que dejar respirar al vino?
La mayoría de las sustancias aromáticas del vino se "descomponen" primero con el oxígeno del aire. Al final, los elementos químicos reaccionan entre sí, y en el proceso se crean compuestos que los humanos perciben como olores. Cuanto más tiempo "respire" el vino, es decir, cuanto más aire u oxígeno reciba, más intenso y complejo será el aroma y más cambiará con el tiempo. Esto se debe a que muchas de las sustancias aromáticas son volátiles, es decir, vuelven a desaparecer al cabo de un tiempo o forman otros compuestos químicos, que a su vez dan lugar a nuevos olores. Así, un vino puede pasar por diferentes fases aromáticas en función del tiempo que se le deje "respirar".
El aporte de aire u oxígeno también garantiza un sabor más completo y complejo y, en el caso de los vinos tintos, da lugar a una textura más suave y redonda porque los taninos (taninos) se encadenan en moléculas más largas bajo la influencia del oxígeno(polimerización). Esto no sólo le da al vino más expresión, sino también una sensación en boca más agradable.
Respirar significa vivir, y el vino también cobra vida aromáticamente cuando recibe aire.