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¿Cómo influye la cantidad de cosecha en la calidad del vino?
El rendimiento de la vid es uno de los principales factores que influyen en la calidad del vino. Básicamente, cuanto menor sea el rendimiento, mayor será la calidad del vino. Este efecto se debe a que cuantas menos uvas cuelguen de la vid, mayor será el extracto de cada una de ellas.
La vid se reproduce a través de las uvas. Cuando las bayas están maduras, se desprenden de la vid y se pueden formar nuevas plantas a partir de las semillas. Por naturaleza, la vid trata de asegurar su supervivencia produciendo el mayor número posible de uvas. Sin embargo, mediante la formación y la poda, el viticultor lo evita y deja sólo unos pocos brotes, a partir de los cuales pueden desarrollarse las uvas. En consecuencia, la vid intenta que las bayas restantes sean lo más robustas y resistentes posible, concentrando los ingredientes para sobrevivir. Así, las pocas uvas contienen más azúcares, ácidos, aromas, colorantes y -en el caso de las uvas tintas- taninos, por lo que el vino resultante tiene en última instancia más sustancia, cuerpo, carácter y estructura; el extracto global es mayor, el vino es de mayor calidad.
Por tanto, las restricciones de rendimiento se aplican a todos los vinos de calidad: Sólo se puede cosechar y procesar una cantidad limitada de uvas cada año para que el vino lleve la correspondiente denominación de origen. El viticultor ya lo tiene en cuenta en invierno y primavera cuando poda las vides, y también puede reducir el rendimiento después con otras medidas como el aclareo.